miércoles, 30 de mayo de 2012

La identidad cultural de los años '80



Sintiendo que se habían agotado las líneas de innovación y creatividad desarrolladas anteriormente, en 1980 se cayó en una crisis de ideas que llevó a optar por las reediciones de viejos cantantes y canciones, fenómeno llamado los NUEVOS ROMÁNTICOS.

En el ’81, nació MTV –Music Television- volviéndose un negocio de la industria rock que influye en los jóvenes en cuanto a tendencias, estilos y ritmos.

Gracias al disco dance y al auge de la cibernética, fue posible una evolución musical. Paulatinamente, los instrumentos electrónicos fueron reemplazando a los instrumentos tradicionales de la música rock y los músicos se sustituyeron por máquinas, creando fondos mecánicos con escasa o nula sensibilidad, más que todo usados en las discotecas, es lo que se conoce como TECHNO POP.
Otro estilo, el RAP, surgió a comienzos de los ochenta, originario de los barrios negros e hispanos de Nueva Cork; vinculado con el movimiento HIP HOP, se convirtió en el nuevo estandarte de la juventud y en el BREACKDANCE. Al igual que el Tecnho pop, el Rap representó una nueva era musical donde antes que el hombre se impone la máquina y los efectos de sintetizadores.
A finales de los 80, la radicalización del Rock Heavy se volvió DEATH METAL, un estilo obsesionado con toda la imaginería que rodea la muerte, el dolor y el sufrimiento.

La música Pop como la conocemos hoy

Desde los años 90, los estilos musicales se han caracterizado por los sonidos electrónicos, producto de máquinas. Los principales estilos musicales de la década pasada, que aún perduran, son los que han sido pensados para raves: fiestas al aire libre o en grandes espacios en donde la música es pinchada por los DJs, quienes se han constituido como nuevos dioses, y los ritmos sintéticos (beats) son los que provocan el baile. La música electrónica tiene diferentes estilos:

TECHNO- Sonido de golpeteo continuo donde los vocales son escasos.
AMBIENT- caracterizado por la connotación a la naturaleza. Su fin es calmar las mentes.
TRANCE- Es más suave para los oídos y el cuerpo que el techno pero sigue haciendo bailar a quien lo escucha. El nombre se debe a que está diseñado para transportar a un mundo de armonía y felicidad.
PROGRESIVO- Sonidos de instrumentos reales, melodías de gran obsesión y un beat fuerte.
EUROPOP- Toma algunas características del house y del dance. En sí es muy bailable y, por lo tanto, atrae fácilmente al público.
HOUSE- también conocido como Underground. Tiene sus raíces en el disco y se convirtió en el primer estilo musical que reflejaba al DJ como centro de atención. En su evolución desembocó en PROGRESSIVE HOUSE, música que progresivamente va cambiando (la canción empieza de una forma y termina de otra).
GARAGE- Se caracteriza por unas sesiones en las que se mezcla música disco, salsa, soul, el philly sound y música latina. A diferencia del house, las voces pasan a primer plano y son cálidas y sensuales.
GRUNGE- Se reactivan la actitud del punk y la estructura y estilo de los grupos del hard rock.

A finales de la década pasada y en lo que va de ésta, se han tomado las listas de éxitos los jóvenes, cosa que es muy natural porque la música pop va dirigida principalmente a éste público. El espectáculo se ha vuelto el protagonista de la industria musical: antes que la voz y calidad de la melodía se impone la presencia del artista, por lo mismo (la tecnología ha sido de gran ayuda cuando para artistas que no saben cantar pero tienen buena imagen). Por otra parte, existen también hoy los artistas cuya presencia en el escenario no es indispensable ni se da, hay una virtualización de la presencia física.

Aparte de los estilos mencionados, hoy se vive el rock and roll, con mezclas de funk, punk, R&B, y otros ritmos, y el llamado simplemente “pop”, el cual tiene ya tantos estilos diferentes mezclados que es imposible encasillarlo en uno.

Cómo se constituyó como voz del pueblo

En casi todas las culturas algún tipo de música ha servido para el entretenimiento: En el caso de la Edad Media, la mayoría de la población era analfabeta y, por lo tanto, no existía la literatura escrita como entretenimiento, de esta manera, desde reyes hasta siervos se divertían con los juglares, personas que se dedicaban a distraer a la gente... Los juglares fueron los transmisores del tesoro cultural constituido por la herencia popular pagana; eran mediadores entre el arte y el pueblo.

Con la creación de la imprenta, a partir de 1500 se hizo posible una más amplia difusión, por medio de la venta y circulación de la música impresa; las partituras pasaron a manos del pueblo.
Cuando en 1877 el americano Thomas Alva Edison creó el fonógrafo, la música se hizo aún más accesible, se logró que los consumidores ya no necesitaran tener conocimientos musicales para poder disfrutar de ella.

En 1920 y 1940, respectivamente, la radio y la televisión permitieron la emisión a los hogares de música en directo o grabada.

En su auge, los textos de las canciones empezaron a reflejar los temas fundamentales de la sociedad como la esperanza, la desesperación, el humor, la frustración, la nostalgia y el amor; los estilos de la música popular sirvieron como portadores de valores culturales y como signos de identidad.

¿Juventud vulgar?


La música pop es la expresión de la cultura del momento, especialmente de la adolescencia. Por lo mismo, vale preguntarse: ¿los jóvenes de hoy en realidad se ven reflejados en las canciones hit del momento? Los artistas que están de moda tienen letras de canciones bastante fuertes e insinuantes, ¿será cierto que están simplemente diciendo en voz alta lo que los jóvenes piensan? ¿Hablan con el léxico de la juventud?

Me cuesta trabajo asimilar que esto es cierto. Yo soy joven y la verdad esas canciones me impactan, tienen un lenguaje muy fuerte; pero, aparentemente, esto es lo que vende y lo que premian. En los premios MTV latinos de este año, llevados a cabo el pasado 19 de Octubre, el premio de Artista Promesa fue para Calle 13. Aunque no voy a negar que los ritmos que manejan son pegajosos, la letra no puede pasar desapercibida, las palabras son vulgares y de doble sentido. La mayoría de las canciones hablan de sexo, de promiscuidad, de drogas… Sólo para poner un ejemplo, un fragmento de su canción “Suave”, dice: “Fumate una polla pa' que flotes sin usar una bolla. Llego el que se enrolla y se desenrolla. El ingeniero del sexo "Mr. Destroya…”
¿Líricas inocentes? ¿Reflejo de la sociedad? Esto se los dejo para que reflexionen…

¿Adiestramiento musical?



Hoy en día, la payola (pago en efectivo o regalos de las disqueras a las emisoras a cambio de mayor tiempo al aire para sus artistas) es pan de cada día en la radio comercial. Y como comprobó Juan Carlos Garay, columnista de música para la Revista Semana, en un pequeño estudio realizado, esto ha derivado en una hegemonía de cuatro disqueras: Sony, Warner, Universal, y EMI; el 99% de las canciones al aire son de artistas que pertenecen a estas firmas. Esto tiene serias consecuencias en los oyentes porque las opciones son limitadas, la exposición a diversidad de géneros y artistas está restringida, por lo mismo se reduce la cultura a la que estamos expuestos, ya no tenemos la opción de oír de todo un poco para al final formarnos nuestros propios gustos… Los gustos nos los impone la industria musical.

A falta de artistas, porque la lista se ha visto reducida a los de cuatro firmas disqueras, nos vemos expuestos a los mismos todo el día, así, el fenómeno reinante es la repetición. En una emisora de 24 horas de música, en realidad lo que alcanzamos a oír son las mismas 40 canciones repetidas una y otra vez (de ahí el sorprendente éxito de LOS 40 PRINCIPALES). Este fenómeno tiene consecuencias psicológicas similares a los experimentos realizados por la escuela conductista en animales: al ser sometidos a la repetición continua, se genera una reacción en el oyente, la costumbre, la cual, psicológicamente, terminamos confundiendo con el gusto… Estamos en una especie de proceso de adiestramiento, por muy feo que suene, donde nos conducen a preferir unas canciones y artistas predeterminados. Las disqueras se valen de esta estrategia porque la apreciación de la música depende mucho de la memoria, ya que es un arte etéreo que se desvanece en el tiempo y muere con el silencio; ellos necesitan que recordemos los artistas que representan para que nos acostumbremos y “nos gusten” de tal forma que nos veamos impulsados a comprar sus discos y a asistir a sus conciertos.

¿Por qué preferimos cierta música?






La infinidad de ritmos y géneros musicales da paso a, y crea diversidad de gustos: a diferentes personas les gustan diferentes músicas, y no un único género, uno no se ‘casa’ con un ritmo sino que más bien a través del tiempo y dependiendo del momento le pueden gustar diferentes estilos. Para tratar de entender por qué sucede esto, Omar Rincón plantea cuatro explicaciones posibles:

1. Estructuras culturales producen gustos musicales: dependiendo de dónde nace uno y su clase social, le gusta automáticamente la música que se vive en el ambiente que lo rodea, y queda encasillado en un único género para toda la vida.
2. Por el tipo de interpelación que hace la música: por la letra, el ritmo, la interpretación que hace el cantante (por su carisma, porque despierta cierto feeling), o por la interpelación de los que les gusta esa música (ésta lo une a su grupo social).
3. Por el rito performativo: la música es lo que se actúa y que vive sólo en la experiencia, como una forma de vivir las ideas –más que expresarlas-. En este caso la música se vuelve un artefacto estético en el cual nos autodescubrimos y, al mismo tiempo, cuando la compartimos con los demás se vuelve una muestra de identidad colectiva.
4. La música produce identidad en sus tramas narrativas: la narrativa se vuelve el puente que junta la música con la identidad. La música nos permite ser un personaje de la vida que vive diversas historias a través de los diferentes géneros y canciones.

Analizando estas cuatro opciones, se puede llegar a varias pequeñas conclusiones: La música nos ha dado la posibilidad de gozar, ha permitido a las personas disfrutar de sus identidades (individual y colectiva); nosotros no elegimos nuestros gustos musicales, las músicas nos eligen a nosotros y nos pueden gustar sin motivo aparente; y, por último, es una forma de vivir las ideas, citando a Omar Rincón, “no es que la música no tenga nada que decir sino que permite a todos decir lo que quieren”.